jueves, 27 de agosto de 2009

05/02 – Jujuy at Chuli's, dia I


Así fue y después de despertarnos muy tranquilamente, desayunamos unos mates con pan en la plaza y dejamos Humahuaca un poco después del mediodía, para estar en Jujuy a las 15 hs. En esas dos horas y media volví a disfrutar de la Quebrada como si fuera la primera vez, hasta llegar al valle rodeado de sierras verdes en el que está San Salvador.

Al pisar la capital de la provincia, morfamos las mismas pizzas que a la ida, sacamos pasajes en la misma terminal (los compañeros a Salta y yo a Córdoba) y nos pusimos a esperar a que el compadre Nachito Jorge nos busque para ir a su casa. Llamadas de por medio, nos encontramos y fuimos en su auto para la casa del intendente (el padre, Chuli Jorge, es el mandamás de la ciudad). La casa es espectacular, perfecta diría yo, por lo menos al lado de la mía. Aunque la mía es la mía y en la casa del compadre me sentí como en la mía.

A la tarde tuvimos que mostrar nuestra inanición en la pileta. A no olvidarse de que venimos de 17 días de (sobre)vivir a base de arroz y/o papas y salchichas, popularmente conocidas en Perú como salchipapas.

Nachito, una masa como siempre, nos abrió todas las puertas, comimos todos un asadaso con su gran familia y nos quedamos los cuatro como hasta las 5 tomando fernet, guitarreando y escuchando música.

Jujuy tiene la cultura y la tradición a flor de piel, impresa con intensidad en cada cosa. Nachito nos contó miles de historias de su provincia y del norte que son claros reflejos de una cultura fuerte y muy admirable, que a la vez es parte orgullosa de nuestra Argentina.

El día terminó, como siempre, a lo grande, y nos fuimos a dormir destrozados. Al otro día arriba a las 11 y media porque los muchachos se van a Salta a las 13 hs. y yo directo a Córdoba a las 21. ¿Qué habremos hecho todos estos días?

martes, 18 de agosto de 2009

04/02 – Otro día humahuaqueño


Dormimos fantástico y a las 10 y media nos fuimos de la casa. Queríamos buscar otra cosa más tranqui donde tuviéramos más libertad y un ambiente más nuestro. Lo encontramos: una casita llena de viajantes hombres y mujeres, cocinando todo nosotros, durmiendo en el piso. Excelente.


Al mediodía nos cocinamos unos fideos monumentales y a la siesta la usamos para hacer nada un rato. Luego salimos a caminar a la plaza y subimos al monumento característico que está en la parte alta de este pueblo. Ahí nos colgamos un rato largo a base de mates y recuerdos de todos estos días.


Más a la tarde, con unos porteños de la casita donde estábamos, nos tomamos unos Fernets y a la nochecita, después de cenar arroz, que a esa altura ya circulaba por nuestras venas, salimos a conocer una peña con música en vivo, en un lugar que se llama Ahicito. Buena música, buen folclore, pero el ambiente medio apagado porque había poca gente (era día de semana, seguramente los jueves, viernes y sábado se pone).


Así fue nuestra última noche en Humahuaca y en la Quebrada. A la mañana nos despertamos y sacamos pasajes a San Salvador de Jujuy al mediodía. Me voy a encontrar con el grande de Nachito Jorge para coronar este viaje de una forma inmejorable. Ahí me separaré de los camaradas aventureros. Yo iré directo a Córdoba a ponerme a hacer la tesina y ellos van a ir más despacio viendo si llegan a Santa Fe.


Esto está llegando a su final. Parece imposible que hayamos hecho lo que hicimos. Nada más las fotos nos intentarán convencer de que esto realmente existió. Estamos alucinando cada vez más, y esto no tendrá fin en todo lo que reste de nuestras vidas.