Nos despertamos y ahí nomás con el compadre Nachito en el auto a llevar a los amigos que se iban a Salta. Me despedí de los compañeros aventureros Nacho y Teto Chayanne, pensando en lo que hicimos, pasamos y logramos. Y otra vez me viene la idea de que sin ellos no hubiese ido a ningún lado, de la mutua necesidad, y la sensación de un agradecimiento que no se expresa con palabras de ningún diccionario.
Quedé solo con Nachito Jorge en Jujuy, y de eso puede salir cualquier cosa. Después de eso fuimos a la Municipalidad a saludar al Chuli y a que yo conozca el ambiente político de esta ciudad desde adentro, por lo menos por un rato.
Volvimos los tres en el auto a la casa, almorzamos muy rico y charlamos de todo un poco. La familia Jorge es muy grande, humilde y hospitalaria a pesar de lo que es y representan en la ciudad actualmente.
Como llovía como si fuera el Éxodo, a Nacho se le ocurrió llevarme a la tarde a conocer las Termas de Reyes, que están ahí cerca en las montañas, a lo cual yo no opuse ninguna resistencia. Gran relax nos pegamos en una pileta de agua bien caliente, mientras llovía como si fuera la última vez. Salís listo y sedado de ahí. Una lechuguita. Espectacular.
Tipo 6 y media nos fuimos de vuelta a la casa, preparé todas las cosas y bajamos al centro a comer unos panchos antes de que yo tomara el Bondi.
Me despedí del grande Nachito, que me llevó hasta la terminal, esperando vernos de nuevo en Córdoba. Llegué justo para tomar el VIA TAC, que a las 9 en punto hizo marcha atrás y salió para el sur, para mi casa.
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