Ese tiempo hacía que veníamos pensando en este viaje. Ahorrando cada moneda. En principio nos íbamos algún dia de enero de 2009 con el compañero Nachito, pero en diciembre se sumó el compañero Teto Chayanne Martinelli. Eramos tres decididos, mejor. Un demente más.
En realidad el norte argentino y más que nada, un poco mas allá, Machu Picchu daba vueltas en nuestra cabeza todos los días desde hacía 2 o 3 años. Yo confieso que dudaba de llegar por el tema monetario y de tiempo. Lo veía lejos, esquivo, inaccesible. Vaya ingenuidad.
El año pasó y el convencimiento, por alguna extraña razón, se hacía cada vez más fuerte. No veíamos la hora de irnos.
En ese mismo diciembre fui a sacar los pasajes directo a Jujuy para los tres. Ya estábamos allá. El primer paso del camino de mil millas, estaba dado. La fecha de partida: el 20 de enero.
Así pasaron los días de enero y al volver de vacaciones con mi familia, tenía 3 días para juntarnos con los muchachos y preparar todo. Así fue.
Llegó el día, el principio del sueño. Un viaje hacia los confines más remotos del espíritu, para empezar a usar las frases de nuestra película, que nos motivaba cada más a viajar después de cada vez de verla: Diarios de Motocicleta. Bienvenidos a la historia de nuestro viaje, de nuestro divagar por Latinoamérica.
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