lunes, 7 de septiembre de 2009

07/02 – Día 19 – Córdoba me llama

Vuelvo.


Vuelvo con mis amigos en la mochila, aunque parezca que solo está llena de ropa mojada y sucia.


Vuelvo con mil historias en la punta de la lengua que, insistentes, van a salir hasta que el tiempo y la memoria me jueguen en contra, hasta que me convenza del todo de que no las hemos vivido.


Vuelvo con 600 fotos en la cámara, pero millones de imágenes en la cabeza, con Machu Picchu en la retina del ojo, como llamándome de nuevo.


Vuelvo contento, hemos cumplido el objetivo. Con esta reformulación burda de la frase del Sargento Cabral, quiero decir que vuelvo con un sueño menos.


Vuelvo con más ganas de viajar. Ahora fue Bolivia y Perú, después será cualquier lugar cuando el tiempo lo permita mínimamente; la plata queda en un obseno segundo plano. Ahora me doy cuenta de que es posible viajar sin la prioridad del dinero y con mínimas cantidades del mismo. Cuando de verdad hay ganas, las ganas se transforman en posibilidades.


Vuelvo más crecido, agradecido, con algunos regalos y la cabeza abierta de par en par.


Vuelvo pensando en seguir peleando puertas para adentro y afuera, que lo que vuelve volverá en forma de grandes satisfacciones, indefectiblemente en forma de gente y más viajes.


Vuelvo pensando en que tengo que vivir y ganarme la vida en todo sentido a partir de ahora. Y una y otra vez se me viene a la cabeza una pregunta: ¿vivir por nada o morir por algo?


Vuelvo pensando en una Latinoamérica unida, para que podamos crecer, en lo posible sin más sangre.
¡¡Vuelvo a mi Córdoba, carajo!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario