¿Por qué?



¿Por qué viajo?


No sé. Sí sé que haciéndolo no creo que haya persona más feliz en la Tierra que yo.


Sé que cuando viajo me enfrento a las verdades acerca de mi existencia y la de los demás, y le conozco la cara a esa verdad y a los demás.


Sé que soy joven y necesito no solo ser fuerte, sino también sentirme fuerte. El viajar me da todo eso, ya que me siento capaz de todo, de estar y llegar donde quiera. Siento el afecto de las personas con que me voy rodeando, su compañía, y compruebo lo inmensamente buena que es la humanidad.


Sé que en momentos de viaje aparece una nueva vida, otra realidad, otras existencias. ¿Qué será eso? Yo siento que esa realidad es la verdadera y no la que está el resto del tiempo en nuestras casas y obligaciones cotidianas. Sin ser extremista, cada uno sabe qué tiene que hacer por sí mismo, cómo sostenerse y de qué vivir en su realidad y en su comunidad. Viajar blanquea y hace transparente a esa verdad de lo que somos frente a los demás, en quienes necesitamos reconocernos.


Sé que en esos tiempos de viajes surgen relaciones entrañables de cariño real y verdadero porque la gente se muestra tal cual es. Dejamos nuestras vestiduras y cargas atrás y nos liberamos para disponernos a disfrutar de lo que otro lugar nos vaya a dar.


Sé que simplemente el ver una ruta o un mapa ya me hace delirar con viajar indefinidamente. Tanta tierra hay por conocer, y nosotros pensando a veces en quedarnos encerrados entre cuatro paredes. Si cuando, en una ruta, miro por la ventanilla para el campo o la montaña, mar o lo que sea, ya encuentro una verdad y un motivo por el cual vivir, ¿cómo alguna vez voy a dejar de viajar? Imposible. Nunca voy a dejar de viajar.


¿Cómo alguna vez voy a dejar de viajar? Si la naturaleza y la gente son infinitas e inmensas maravillas. El mundo está lleno de dolores, de necesidades, de soledades y angustias por las que todos siempre pasamos; pero también, y sobre todo, está lleno de enormes e interminables maravillas, de personas de una profunda e inmensa belleza.


Sin querer alcanzar algún nivel de cursilería ¿Cómo alguna vez voy a dejar de viajar? Si siempre, desde que aprendí a hablar (y me costó), fue mi sueño recorrer el mundo entero, si piso una ruta y el ser me estalla de goce. Siempre voy a estar en una ruta con una mochila hasta que no haya dejado sueño por cumplir. Siempre voy a estar rodeado de la magia del camino, de los amigos de la ruta, de los compañeros de sueños.


No hay nada que me haga más feliz que viajar, y la felicidad solo es verdadera cuando es compartida. Nunca es mejor solo. Por eso sé también que siempre contaré con las mejores de las compañías.


En definitiva, sé que estar en el camino me hace ser mejor persona. Viajar me hace sentir que me entrego a la humanidad exterior a mi, que puedo y voy a conocer cosas que jamás pensé, pudiendo ser más feliz de lo que jamás imaginé. Me siento también en capacidad de hacer cosas por los demás que, tampoco, nunca se me pudieran ocurrir encerrado en una rutina en una oficina. No me puedo conformar con una vida normal, y mucho menos creerme que me las sé todas metido adentro de cuatro paredes. Yo no.

La única verdad es que no tengo una verdad. La verdad es la que buscamos todos los días, la que quiero construir. No le tengo miedo a la muerte, le tengo miedo a la vida que no se vive. Le tengo terror y pánico al encierro, al estarse quieto sin pelear. Le tengo miedo al sueño que no se cumple mientras se está vivo pisando esta tierra.


Podría decir que viajo porque me siento libre, vivo, real, etc. Pero la verdad, si hay una remota, indefinida y única verdad, es que viajamos por viajar.


¡Y al partir sentirás una brisa inmensa de libertad!
¡Benditos sean, benditos sean los viajes!


2 comentarios:

  1. Groso, ya con esta "explicación" compro! Adhiero a todo esto, desde un rincón de Indonesia, cumpliendo mi sueño infinito.
    Saludos!
    (mi blog: conlospiesporlatierra.com)

    ResponderEliminar
  2. Genio, me emmocionaste. Me identifiqué mucho con tus palabras. Creo que tenemos muchas cosas que nos han inspirado en común... como algunas películas, tal vez? Qué lindo encontrar personas como uno. Un abrazo grande y sigue siempre adelante y no te detengas.

    ResponderEliminar