lunes, 26 de octubre de 2009

Impasses


Fue mucho más, nos pasó la ruta por encima.
No esperábamos tanto. ¿Eran alucinaciones o caminos?
Sabíamos lo que es viajar, mas no sabíamos demasiado.
Quisimos saber, y antes de lo pensado lo conocimos.


¿Cómo algo nos pudo seducir de esa manera, hasta amarla?
Y si, porque la ruta nos venció de todas las formas posibles.
Como una mujer irresistible, la conquistamos y fue nuestra.
Su perfume olía a hierbas de montaña, a mar, a deseos incontenibles.


Me di cuenta que no hay nada más grande que el primer amor.
La ruta es una mujer: te lleva a los lugares más lindos del mundo.
Recorrerla es un placer, y ahora que abrimos los ojos podemos ver.
Y cuesta entenderla, es una página en blanco de algún blog trotamundos*.


Todo camino puede andar, todo puede andar*. ¿Dónde vamos?
Pateando inviernos y otoños enteros por Bolivia, o no sé dónde.
Superviviendo a años llenos de nada, poco, algo o mucho.
Toda respuesta estará escondida en la ruta, al costado, o en un monte.


No tenía visiones estrechas, pero fue demasiado; una furia contenida.
Árboles, guitarra, familia, amigos, mujeres, ruta... ¿Mucho pido a la vida?
Y no lo puedo evitar, caigo rendido. Nada me genera lo que el viajar.
Bienvenidos al tren y... ¡Bendito sea, bendito sea su viaje!


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-Invito a que los eventuales amigos visitantes cuenten qué les genera a ustedes el viajar, o qué les gusta o disfrutan más de ello; a fin de ayudarme a generar y difundir una "cultura viajera".

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