Pasamos al segundo mes del año, día 13 de viaje, para variar arriba de un colectivo. Ahora yendo a conocer Potosí; según dicen, la ciudad más alta del mundo (4.200 metros) , la ciudad desde donde se puso todo el oro de un lado de la balanza de la desigualdad del mundo, para que nunca más se volviese a equilibrar. Me explayaré más sobre eso después de haber ido a conocer las minas.
Llegamos a esta ciudad histórica a las 6 am. Caminamos bastante en subida con las mochilas (no olvidemos los 4200 metros de altura), para el centro buscando un alojamiento. Después de esperar un poco y dar unas vueltas, terminamos en el hostal La Casona por 35 bolivianos. Lugar muy bueno lleno de extranjeros muy piolas.
Salimos a conocer y comer al mediodía: la gente boliviana acá es un poco más simpática y amable con nosotros. Pero eso nomás, un poco.
A la tarde en el hostel charlando y tomando mate con la gente de ahí, sobre todo unos franceses y francesas muy graciosos.
Tipo 5 caminamos de nuevo a la terminal a sacar pasaje para Villazón a las 20 hs. del día siguiente. Ya estamos a un paso de volver a Argentina, nuestra patria grande. Se siente bien, pero estamos en Potosí y queda mucho por conocer de esta gran ciudad histórica.
La lluvia nos obligó a tomar un taxi para volver al hostel y nos quedamos ahí boludeando. Después yo fui a sacar entrada para la excursión a las minas de oro a las 9 del día siguiente. Voy a ir solo pero ni en pedo quería dejar de conocer eso que fue tan decisivo e importante para la historia del mundo como la propia conquista.
A la noche, partido de Boquita, para variar les ganamos de nuevo a las gallinas. Después, comida rápida y ahí nomás a dormir. Estábamos muertos pero, como siempre, disfrutando cada momento de esto que se impone como el mejor viaje de nuestra corta y... puta vida.
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