domingo, 7 de junio de 2009

25/01 – Recta final



Al levantarnos temprano, nos sorprendimos para bien con una vista espectacular de Cusco (todavía no la habíamos visto de día) mientras desayunábamos en el tercer piso del hostel. Ahí nomás a recorrer la ciudad y conocer más de cerca al ombligo de América, con mucha emoción también.

Cusco es impresionante, y saber la enorme historia que guarda causa orgullo y admiración. La Plaza de Armas es el lugar más céntrico y donde se ve una diversidad de gente de todo el mundo.

Almorzamos después de pasear y fuimos a buscar los bolsos para irnos a Ollantaytambo en un minibus, a esperar ahí el tren para Machu Picchu, que pasaba a las 5:30 del otro día. Así fue y a las 7 de la tarde ya estábamos en Ollanta después de otro camino de paisajes y lugares alucinantes, ante los cuales uno solo debe hacer silencio.

En un hostel por 15 soles dormimos lo que pudimos, previa juntada a cenar, charlar y guitarreada en una de las habitaciones, los seis juntos.
Solo queda un poco, un paso para que nuestros ojos vean, incrédulos y superados, las ruinas de Machu Picchu.

A las 5:30 de la mañana tomamos el tren a Aguas Calientes (Machu Picchu pueblo).



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